000:006:123:568.Valles
de tundra discurrieron bajo la mirada de HUUT. Volaba siguiendo la
nieve: aquella extraña formación fractal de agua tenía que estar
relacionada con la fuente, debía existir una conexión entre el
código y su objetividad. ¿Por qué estoy en este onigrama con
el traje de mantenimiento? Era una pregunta que no se había
planteado hasta entonces, y lo insólito de la situación le produjo
un malestar irracional. Deben quererme con vida, buscan datos
sobre la nanobótica de Tesla y este es mi presidio, pero... ¿qué
sentido tiene hacer una celda tan elaborada?
Accediendo a mi
inyectable lo saben todo de mi, soy programadora de forma... mi
ADN... la nanobótica de Control Central reacciona con los operarios
de Mantenimiento, controlando mi cuerpo podrán llegar físicamente a
Tesla. En este onigrama son tantos los patrones, tantas las
variables... la forma de la fuente tiene una clave para generar el
código, esa clave podría estar oculta de millones de maneras. Esto
es un planeta, tengo todo un mundo donde buscar, lo que convierte
esta realidad en una prisión.
Los
nutrientes de la armadura sólo durarán 3 ciclos, ese es el tiempo
límite, a partir de entonces tendré que desconectar el dolor, el
hambre y la sed, eso me dará un par de ciclos más. La
fatalidad de la situación no le produjo ningún atisbo de temor.
Simplemente era un hecho empírico que aceptaba, no podía comer ni
beber, todo estaba contaminado por virus, bacterias, diminutos
insectos, y toda suerte de vida proterozoica.
000:013:778:990.
Mantenía una velocidad
subsónica constante de 125.000001 metros por segundo a unos cinco
kilómetros de altura, el máximo que le permitía la configuración
de mantenimiento de la armadura. Pensó en reprogramarla para poder
cambiar dicha configuración a algo más adaptado a su situación,
pero el tiempo era vital, y sin las datomemorias de Tesla, tardaría
demasiado en diseñar un prototipo viable. Ella programaba en forma,
no en contenido, tendría que encontrar modelos que imitar en aquel
onigrama. Aun no sabiendo cuánto tiempo iba a permanecer allí le
parecía del todo ineficiente simplemente esperar, si es que existía
una escapatoria. Su educado instinto le azotaba la razón con
vehemencia, era una necesidad, casi una adicción. Aunque contaba con
inhibidores emocionales haciendo frente al miedo, la ansiedad se
cernía sobre su psique por no poder dar con una respuesta correcta
al enigma que se le planteaba en aquel lugar. La exhaustiva
especialización le impedía ser más imaginativa sin ser consciente
de ello. Por otra parte, se sabía capaz de manejar el código del
onigrama para no sólo controlarlo, sino sonsacar información de sus
líneas compositivas. Priorizó sus esfuerzos en la búsqueda de la
clave del código. Si su suposición era correcta, iba por buen
camino, ahora sobrevolaba una inmensa llanura de nácar, cada vez se
acercaba más al polo norte del supuesto planeta, y por tanto, el
paisaje cada vez era más nevado, regado con el anaranjado violeta
del ocaso. Sin embargo, para HUUT no existía otro cambio visual
salvo los datos sobre la frecuencia cromática exterior.
000:025:098:156.
Noche
cerrada, dejando atrás el helado desierto avistó una camino
artificial, negro, con lineas blancas en los bordes, y líneas
discontinuas en el centro. Decidió seguirlo. No pudo alegrarse por
el hallazgo, pero al menos su desasosiego comenzó a calmarse, sus
sospechas y cálculos parecían no ser erróneos. Decidió volar a
menor altura, con un kilómetro sería suficiente. La carretera se
bifurcaba dando lugar a pequeñas edificaciones ruinosas; restos de
naves industriales; vallas rotas enroscadas cubiertas de óxido;
algunos artefactos metálicos provistos de ruedas desinfladas,
carcomidos por el tiempo y el oxígeno; haciendo testimonio del
rancio abandono que lo dominaba todo. Comenzó el descenso, aterrizó
en lo que parecía la calle principal de un núcleo formado por
edificaciones adosadas, que se sustentaban entre si por sus propios
escombros. Había postes de metal cuyo extremo se curvaba acabados en
una especie se cabeza compuesta por cristales rotos, otras estaban
decapitadas.
Por doquier habían señales, carteles, y hojas de papel impresas con símbolos que no entendía. Pero aún no entendiendo, era con lo que más estaba familiarizada, la escritura es código, y si de algo sabía HUUT, era de manejar código. Comenzó haciendo una copia de cada uno de los símbolos que tenía a su alrededor, contó cincuenta y siete símbolos diferentes, desechó lo que en contexto le parecían iconos no relacionados con las combinaciones de símbolos: le quedaron cuarenta y tres símbolos, aisló diez de ellos, la particular forma de éstos le indujo a pensar que se trataba de cantidades, números. Ahora tenía ante ella los componentes de la escritura, los cuales se convirtieron en un conglomerado colorista, ligero, e informe, que definía información a la misma velocidad que la capacidad de reacción del lector, el cromático. Sólo treinta y tres símbolos y diez para cantidades, demasiado simple, esta no es la clave, pero necesito toda la información que pueda recavar. El inyectable trabajó en ello unas décimas de segundo. Hecho... ¡umh! Demasiados contenidos desconocidos... leyó: “OCDER, Стремление к будущему“; al instante se materializaba en su mente: “OCDER, COMPROMETIDOS CON EL FUTURO”. Se acercó, mientras mensajes de toda índole eran registrados por ella, a una de las moles desvencijadas que se encontraban al borde del asfalto. Vehículos con ruedas, una prueba más – aunque las nociones de historia de HUUT eran harto limitadas, sabía que existieron vehículos humanos provistos de estos dispositivos de locomoción. Parece la época de los antiguos capitalismos. Sin datomemorias sólo puedo especular. Estas máquinas tienen un diseño demasiado primitivo e ineficiente como para usarlo de modelo en el bloque nanobótico. Todo es tan viejo... tan blanco... y tan frío...